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El arte de vivir

Tanto en la Bodega (almuerzos) como en el Hotel (cenas), la gastronomía nace en nuestra huerta agroecólogica, con una propuesta de cocina km0, de la huerta a la mesa, al ritmo de las estaciones. Creemos en la importancia del producto, el sabor y la sencillez, la pasión por la cocina, la informal y alegre ceremonia que es compartir una mesa, deleitarse ante la evidencia de un buen plato maridado con un vino sorprendente.

Nunca Jamás, Restaurante en Bodega

 

Desde el Restaurante en Bodega, se pueden apreciar tanto las entrañas de la bodega por un lado, como la imponente vista a un paisaje deslumbrante donde la cordillera de los Andes, los viñedos y el extenso parque invitan a quedarse para siempre… Así podrán descubrir los secretos de nuestra bodega en forma auténtica mientras se deleitan con los platos maridados o solamente elegir degustar los vinos dejándose llevar por la magia del paisaje sin limite de tiempo…

Abierto de Jueves a Domingo para almuerzos con reserva previa. Menú de 2 o 3 pasos (con opciones para todos los gustos en cada paso), maridado con los mejores vinos de la bodega.

Postales Restó, Cenas íntimas en el Hotel

 

Las noches se disfrután en la intimidad del hotel, con cubiertos limitados y un ambiente intimista. Según las estaciones, podrán disfrutar del parque y el viñedo iluminados o de la calidez del hogar a leña. Nuestro menú es a la carta, con opciones para todos los gustos o restricciones, y varía al ritmo de las cosechas de la huerta.

Abierto todas las noches para cenas, con reserva previa.

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La Huerta

La huerta agroecológica les invita a viajar hacia los orígenes de la vida al ritmo de las estaciones. Alejarse del cotidiano citadino y admirar el espectáculo de la naturaleza. Cuidamos cada planta para conseguir la expresión mas plena de sus frutos. De nuestro terroir nacen los sabores de nuestra mesa.

La finca orgánica no solamente cuenta con viñedos hasta donde termina la vista, sino que también alberga una extensa huerta agroecológica de más de 80 variedades incluyendo algunas plantas antiguas y otras exóticas. Es un himno a los ciclos de las estaciones y a la vida, gracias a sus actividades a lo largo de todo el año, desde la recolección de semillas propias, la preparación de los plantines en el invernadero geodésico, la preparación del suelo, la siembra y la cosecha de sus frutos.